martes, 18 de agosto de 2009

RALLY

Como cada semana, el rally "Casa de los abuelos".

Media mañana. Tiempos despejado. Previsión del tiempo: buena. Arrancamos motores. Rampa de lanzamiento en la portería de la finca. Primer problema: la barahunda de gente que circula a estas horas por las calles del centro. Esquivamos los obstáculos en movimiento gracias a las ruedas multidirecionales -eslálom perfecto- del bugaboo cameleon. Llegamos a la plaza Catalunya. Allí, la lucha por la sombra. Manadas de guiris sudorosos y colorados pretenden impedirnos el paso. Pero el carrito ejerce su función disuasoria y obtenenms una trabajada victoria.

Buen tiempo en la especial cronometrada que inicia el trayecto.

Primer pit stop: el ascensor que lleva a la entrada del metro. Allí, por cuestión de segundos, nos colamos a una familia de turistas que pretendían un acceso al transporte público más refrescante. Mala suerte.

-Cerrando puertas.

-Dirección vestíbulo.

-Abriendo puertas.

Segundo pit stop: las máquinas validadoras. Mecanica cibernética. Puertas abatibles de metacrilato. Tratamos de encajonarnos correctamente. Cuando las puertas delanteras se abran se iniciará la segunda cronometrada. Entonces un subsahariano trat de colarse detrás del carrito.

-No ves que no cabes.

Le grito.

-Cuélate detrás de otro.

Se enfada. Perdidos unos segundos preciosos en el conato. Mala salida.

Por eso perdemos el ascensor:

-Dirección anden.

A manos de una cincuentona con el carrito de la compra lleno hasta los topes. Hay que conformarse con un segundo puesto.

Tras el famoso "Abriendo puertas", nos colocamos en la zona central del anden. Preparados para la competición: "consiga un buen puesto en el vagón del metro. Se abren las puertas. Dejamos bajar a regañadientes. La tensión se hace irrespirable. Ahora. A subir. Una china se cuela por el espacio no cubierto a nuestra izquierda. Nos corta el paso. Mierda. Llegamos tarde. La zona habilitada para carritos del vagón, convenientemente señalizada, está ocupada por perroflautas sentados en el suelo. Pícnic de calimocho improvisado a las 11 de la mañana. Llegada al tercer pit stop fuera de control. Penalización. Carrito dificilmente ubicado junto a las barras verticales. Y encima, el can de los perroflauta, baboso, posible candidato a la gripe A, se acerca peligrosamente al carrito del bebé. Discuto con uno de los alterradicas, al parecer el dueño del perro. Que dice:

-Ke passa pavo. El perro no va cer ná.

Le recrimino lo del pícnic. Que roben el sitio para el carrito de mi hijo. Se desentiende. Crispación. Especial anulada.

Llegada a nuestra parada destino. El final del rally "Casa de los abuelos". El ascensor:

-Dirección vestíbul.

Estropeado.

Transporte a hombros de bugaloo por la escalera. Mi hijo cual emperador romano en su palanquín. Derrota final. Descalificación.

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